Miércoles de ceniza

11 marzo

Queridas familias:

Con el Miércoles de ceniza se inician los 40 días en que la Iglesia nos llama a la conversión y a prepararnos para vivir los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo en la Semana Santa.

La tradición de imponer la ceniza se remonta a la Iglesia primitiva. En aquellos días las personas se colocaban la ceniza en la cabeza y se presentaban ante la comunidad con un «hábito penitencial» para recibir el Sacramento de la Reconciliación el Jueves Santo.

Para recibir este sacramento es importante hacer previamente un examen de conciencia donde reflexionamos sobre nuestras decisiones, los motivos que nos han llevado a tomarlas y por qué las hemos elegido.

El tema de la elección está muy presente en este curso, ya que es una respuesta ante la pregunta que Dios pone para nosotros cada día. Podemos hacer las cosas por nuestros propios medios o podemos parar a reflexionar qué se espera de nosotros como elegidos suyos. La ceniza, como signo de humildad nos recuerda nuestro origen y nuestro final.

Hoy, en el colegio, hemos escuchado una oración por megafonía y, durante la mañana y la tarde, Juan hablará, reflexionará con vuestros hijos-as y les impondrá la ceniza. Este año no será en la parroquia y se tendrá que realizar a la distancia correspondiente, demostrando que hay que intentar seguir una cierta «normalidad» a pesar de las circunstancias que nos rodean.

RECUERDA:

La Cuaresma es el tiempo litúrgico de conversión para prepararnos a la gran fiesta de la Pascua. Es un tiempo para descubrirnos pequeños, pecadores, elegidos para una misión tan grande, que sin Él no podemos.

Su duración es de 40 días; desde el Miércoles de Ceniza hasta la Misa del Jueves Santo. El color litúrgico de este tiempo es el morado que significa luto y penitencia. Es un tiempo de reflexión, de penitencia, de conversión espiritual y de preparación al misterio Pascual. Para este combate la Iglesia nos regala tres armas: limosna, ayuno y oración.

En la Cuaresma, Cristo nos invita a cambiar de vida, nos ha elegido para “que demos fruto y vuestro fruto sea abundante” (Jn 15, 16).

La Iglesia nos llama a vivir este tiempo como un camino hacia Jesucristo, escuchando la Palabra de Dios, orando, compartiendo con el prójimo y haciendo obras buenas. Nos exhorta a vivir en la verdad y nos regala las virtudes como modelo de vida.

Es el tiempo del perdón y de la reconciliación fraterna ¡ELIGE AMAR! Un abrazo muy fuerte.